Los opositores al régimen sostienen una bandera siria en una protesta en las calles de Hajar al-Aswad, en Damasco, en una imagen tomada el pasado 17 de julio.- REUTERS |
El Asad mantiene su habitual cinismo, rayano en la psicosis. "El país sigue el camino de la reforma", ha asegurado ante el ministro de Asuntos Exteriores de Líbano, Adnan Mansour, que visitaba Damasco. El presidente de Siria ha rechazado las críticas a la brutal represión formuladas ayer por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y por los países del Consejo de Cooperación del Golfo. "Enfrentarse a los forajidos y salteadores de caminos que montan barricadas y aterrorizan a la población es un deber nacional", ha explicado a Mansour.
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